sábado, 7 de febrero de 2015

DIFUNTA CORREA

Así trascendió el nombre de María Antonia Deolinda Correa, una joven y hermosa 
mujer casada con Clemente Bustos con quien tuvo un pequeño hijo.
 En una época signada por las luchas entre Unitarios y Federales, Clemente se une 
al Ejército de Facundo Quiroga, caudillo conocido como el Tigre de los Llanos.
Hay versiones que dicen que esto ocurre cuando María Antonia y su pequeño hijo 
no estaban en su casa en el Pueblo de Tama, La Rioja y que Clemente 
se hallaba muy enfermo.
Otras versiones afirman que al saber que ella estaba sola en casa, fue acosada por 
el comisario del Pueblo y que eso refuerza su decisión de reunirse con su marido.
Vistiéndose de rojo, reúne algo de ropa, algo de agua, un poco de charqui  
y sola con su pequeño hijo en brazos emprende el viaje.


La geografía que une a La Rioja con San Juan es árida e inhóspita, el clima es muy hostil.
De día el sol es implacable y de noche los vientos precordilleranos azotan al más bravo.

Ella esperaba seguir el rastro del Ejército y camina durante un trayecto de más
 de 70 km. La historia sitúa a esta búsqueda para Noviembre de 1841, de manera 
que sin agua, agotada y en la más absoluta soledad muere de sed.

Su último deseo fue para su hijo, quién según la leyenda sobrevive gracias a la leche
que brotaba de sus pechos. Ese fue su primer milagro. 
Unos arrieros que pasaban por ahí, salvan al bebé y llevan el cuerpo de su madre
a otro Pueblo cerca de Caucete en donde la entierran y colocan una cruz.

Hay muchas versiones sobre el hijo, unos aseguran que fue criado por otra familia 
y llegó a la vejez, otras que murió poco tiempo despues, pero a partir de este suceso, 
otros arrieros pasan por el lugar años despues y le piden que los ayude a 
encontrar a sus animales perdidos, éstos aparecen y ahí nace la Devoción.



María Antonia Deolinda Correa representa a la fidelidad, a la abnegación y 
al Amor maternal que va más allá de todo límite.
Ella intercede para ayudar a las madres a criar a sus hijos en la dificultad,
para bendecir las cosechas y tanto poetas como cantores 
la recuerdan en sus obras. 

En toda Argentina de Norte a Sur y de Este a Oeste el culto se propaga con la construcción
de pequeños altares al costado de la ruta, en los que se ofrenda botellas llenas de agua.
Argentina es muy extensa y su geografía es diversa, pienso que esta Devoción
tal vez haya salvado la vida de muchos peregrinos o paisanos que
se pierden en el camino.

Pese a que se la considera una Santa, no está aceptada así por la iglesia 
pero si por sus Devotos que han construído un Oratorio y muchas pequeñas
capillas para honrarla. Los camioneros son los que más han propagado
la Fe en la que hoy llamamos Difunta Correa. 
Se le asigna la fecha del 2 de noviembre.


La difusión de sus milagros se ha extendido por todo el País. 
Se pretende con la ofrenda de Agua calmar su sed y
agradecerle su Amor Incondicional. 


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