sábado, 19 de septiembre de 2015

¿ PRINCESAS o GUERRERAS ?

Habría que redefinir la noción de Arquetipos, ya no transmitidas por 
la cultura, el relato la mitología o la historia familiar, sino por 
aquello que se imprime en nuestra mente a través de los ojos,
los modelos sociales grabados por el Cine o las series. 
Con respecto a las imágenes no tenemos ni una
  pequeña noción de cuánto influyen en nuestra manera 
de ver, hacer, pensar y elegir modelos o arquetipos.

¿ Quién no se fascinó con un mundo de fantasía ?


¿ Quién no abrigó el sueño del Príncipe que viene a 
rescatar a la Princesa ? La princesa es pasiva y depende
primero del rey, teje su sueño encerrada en el castillo 
esperando a que el hombre venga en su corcel a rescatarla.

De esa forma se imprime el rol femenino de fragilidad,
dependencia, vulnerabilidad, cuando no un poco tonta ya
que no cuestiona ninguna de las decisiones tomadas tanto
por el padre, como por el aventurero príncipe o héroe.


Estéticamente son figuras lindas, pero ¿qué hay detrás de 
estos roles? Un incuestionable acatamiento a las decisiones
masculinas. Si la Bella estaba durmiendo deberá aceptar
a aquel que la bese aunque no quiera. Si se trata de 
Cenicienta, tendrá que resignarse para ascender a una
condición noble. Y así seguimos moldeando cabecitas
que tomarán de esa fantasía un molde que fracasará
estrepitosamente en la realidad.

Yo quisiera dejar estos estereotipos atrás e implementar
otros más adaptados a esta realidad.
No criemos Princesas, porque está vista que sus vidas
tampoco tienen algo de ensoñación, al contrario.


No criemos Barbies, ni pongamos tanto énfasis en la belleza,
criemos mujeres inteligentes, autónomas y fuertes.
Que sepan elegir y no esperar a que las elijan como si se
tratara de un botín. Que tengan una visión más real de lo
que es la vida en relación y aprendan a valorar aquello que
si vale la pena y a veces no se ve.

Que desarrollen intuición y se valoren, que amplién sus
creencias y no se cierren, que se permitan equivocarse
sin apostar a un mundo perfecto, idílico y rosa.

Que entiendan que todo color tiene su belleza y
que el amor se construye cada día.


Si tienen cicatrices no serán menos bellas, las cicatrices
mostrarán que la lucha fue real y que han sobrevivido
con mayor experiencia. 

Quién las ame, entenderá que en el amor no siempre
debe haber consensos, pero si negociaciones y ajustes
con ecuanimidad, sin machismos arbitrarios.

Se puede jugar a ser princesa, pero la vida te
enseñará a ser una guerrera, es mejor saberlo
con un poco de anticipación.

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