lunes, 9 de enero de 2017

AVE FENIX

La leyenda o mito del Ave Fénix, ese pájaro que posee la cualidad de renacer de sus cenizas y que es considerado un emblema de la inmortalidad, tiene varias versiones, entre otras razones porque se trata de una historia ampliamente difundida con variaciones durante toda la antiguedad.
Para los antiguos egipcios tomaba el nombre de BENNU. Los chinos la conocieron como FENG y también el SIMURG responde a la misma idea. Asimismo, la antigua India y Arabia tuvieron versiones del Ave Fénix. La primera de ellas la refiere como un ave que, al alcanzar la edad de 500 años, se inmola en vísperas de la primavera en un altar que ha sido especialmente preparado para tal fin por un sacerdote y que es el mismo animal quien enciende el fuego. Al día siguiente puede encontrarse, entre las cenizas, una pequeña larva que, al segundo día, se transforma en un pequeño pájaro que, a lo largo de la tercera jornada, adquiere nuevamente la forma del Fénix y retorna a su lugar de origen.

La versión árabe por su parte, describe al Fénix como un ave púrpura o roja que, al envejecer, construye una pira de madera y especias, y se arroja en su interior. Los rayos del sol la encienden y el pájaro aviva la llama utilizando sus alas a modo de fuelle, hasta que se consume totalmente. Luego, un nuevo Fénix nace de las cenizas originados por el viejo.
Tomando específicamente la versión griega, Hesíodo afirmó que su longevidad era nueve meses mayor que la del cuervo.
El romano Ovidio, en sus Metamorfosis, rescata de la siguiente manera la leyenda de esta ave inmortal: "(...) existe un ave que renace y se reproduce a partir de si misma. Los asirios la llaman
"Fénix". No vive de las semillas ni de las hierbas, sino de gotas de incienso y de la savia del cardamomo.Cuando ha vivido ya 500 años, construye un nido en las ramas más altas de una palmera utilizando solo su pico y sus garras. Tan pronto como ha impregnado el nido con mirra, cardamomo e incienso, termina sus días en medio de aquellas suaves fragancias. Se dice que del cuerpo del padre renace el joven Fénix, y que está destinado a vivir el mismo número de años. Cuando este adquiere la fuerza suficiente para llevar pesadas cargas ilumina las ramas en lo alto de la palmera donde yace el pesado nido, y piadosamente transporta su propia cuna, que fuera la tumba de su padre y se dirige a
la ciudad de Hiperion, el dios Sol, surcando el límpido aire, y así se deja caer frente a las sagradas puertas del templo de Hiperion".
Plinio por su parte la describe, en su historia natural, como un ave grande como un águila, que posee un collar dorado alrededor de su cuello, cuerpo color púrpura y cola azul con algunas plumas rosadas, a la cual nadie jamás vió alimentarse. Estima su longevidad en 540 años y explica su transformación afirmando que de los huesos y de la médula del Fénix muerto crece una suerte de gusanos. Plinio también rescata una característica de este animal que se hace presente en varias de sus versiones: la idea de que solo pueda existir un solo ejemplar a la vez.

Isidoro de Sevilla, en su etimologías la refiere como un ave que vive unos 500 años y que, cuando advierte que ha envejecido, construye para si una pira con ramas y especias que el sol hace arder con sus rayos y que el pájaro aviva con el batir de sus alas. El ave muere y renace de sus propias cenizas.
Asimismo, el mito del Ave Fénix es retomado por muchos de los autores más célebres de todos los tiempos, entre ellos Dante, en la Divina Comedia y Francisco de Quevedo en Parnaso Español.
La tradición cristiana tomará la leyenda del Ave Fénix como una alegoría de la muerte y resurrección de Cristo.

Inventario de Criaturas Fantásticas, Basiliscos, Aluxes, Elfos y otros seres fabulosos.
Rosa Gómez Aquino

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