Cualquiera que escuche la palabra Zombie, evoca de inmediato varias
imágenes difundidas en la década del 80 por el video de Thriller de
Michael Jackson, The walking dead o Resident evil.
Se podría decir que para la cultura actual el zombie es un muerto vivo caníbal,
antropofágico y que se alimenta únicamente de carne humana, deambula buscando
a sus víctimas y su sólo ataque produce un efecto de contagio, por lo cual no son
pocas las películas, series, videojuegos y recreaciones de la tan temida
INVASION ZOMBIE. Y en este aspecto otra vez la realidad supera a la ficción.
Estados Unidos hizo público un documento desclasificado: el protocolo de
actuación del ejército ante una posible invasión de muertos vivientes.
CONOP 8888, como han llamado al proyecto, es el plan del Gobierno de
Barack Obama para preservar la sanidad de la vida humana.
No es un chiste, se trata de un escenario ficticio para un ejercicio de
entrenamiento del Comando Estratégico de Estados Unidos (Strat Com),
que redactó en abril del 2011 con instrucciones precisas para
enfrentar a un ataque zombi que pueda poner en peligro a la humanidad.
Entre las directrices del Protocolo se incluye la recolección de agua de lluvia
para el consumo, métodos de defensa ante los posibles ataques de los muertos
resucitados y la actuación del ejército en caso del ataque de pollos zombis.
Con lo cual el viejo truco del científico loco ya deja de ser chiste, al difundirse
por varios medios noticias que refuerzan la imagen del zombie caníbal.
Pero el origen de todo esto dista mucho de esta suerte de "Arquetipo" impuesto en
cientos de videos, películas, imágenes, etc. La palabra zombie viene del africano y
se relaciona tanto a una serpiente sagrada, como a la palabra nzambi
que alude a un Dios o Espíritu de una persona muerta.
Mientras en este lado del mundo los zombies nos evocan a ficción, a invasión
o a mutación de virus con fines experimentales, en Haití no causa sorpresa alguna.
De hecho que en su Código Penal, desde 1835 se condena con una ley la creación de
zombies, refiriendo este estado a la administración de sustancias que producen
aletargamiento, causan una muerte aparente que lleva al entierro de la víctima,
para desenterrarla despues con el fin de esclavizarla, a esto se lo considera
un crimen clasificado como asesinato. El temor a la zombificación persiste
a tal punto que muchas familias deciden envenenar o decapitar al cadáver
con el fin de evitar que alguien lo desentierre y lo convierta en zombi.
Esto si me parece particularmente aterrador e inimaginable. Se han
documentado casos de personas que han padecido esta atrocidad, muchas
no han podido recuperar sus facultades mentales, pero hay un caso en especial
y es el de Clairvius Narcisse, que volvió para contarlo.
Su caso fue bastante difundido en ese tiempo, siendo un hombre muy pobre
se pelea fuertemente con su hermano, quien no sólo lo lesiona de gravedad,
sino que también contrata los servicios de un Bokor o mago vudú.
Los funerales en Haití deben ser rápidos debidos al riesgo de descomposición
del cuerpo por el calor y la humedad, de manera que tras ser ingresado en
un hospital, el Bokor le suministra una dosis de una potente neurotoxina
con la que prácticamente se reducen los signos vitales, es declarado muerto
y es enterrado por su familia un 3 de mayo de 1962.
El narra en detalle estos sucesos porque en ningún momento pierde su estado
de consciencia, paralizado y sin habla no puede realizar acción alguna.
Horas despues es desenterrado por su hermano y el Bokor, golpeado
salvajemente y obligado a comer otro neurotóxico a base de datura.
Al consumirlo pierde su capacidad volitiva, tras el shock de ser enterrado
vivo, permanece en un estado de trance y docilidad que le impide reaccionar
Es obligado a trabajar en una plantación de azúcar, recibiendo dosis
periódicas de neurotoxinas elaboradas a base de extractos de plantas, huesos
humanos, sapos venenosos y otros ingredientes como la tetradotoxina
presente en los ovarios de la hembra del pez globo. La dosis justa puede
mantener a la persona obnubilada, sin voluntad ni juicio, amnésica y
absolutamente dócil, en nada parecido a los caníbales zombies actuales.
Finalmente en 1980, ya muerto el bokor y el hermano de Clairvius éste
queda liberado de su dosis diaria de tóxicos, recupera algo de sus facultades
y se lo encuentra semidesnudo y desnutrido deambulando cerca de la
casa de su familia, su historia convocó a científicos de todo el mundo.
El caso de Clairvius Narcisse, fue documentado y se conservan registros tanto
de su atención hospitalaria como de su defunción, él lo pudo contar.
Otros casos 3 casos muy interesantes han sido descriptos en detalle en la revista
médica británica "The Lancet", para quien desee investigar el tema.
Siguen existiendo tabúes y prejuicios con respecto a esta práctica por lo
que la ciencia pese a haber reportado casos sigue teniendo sus controversias.
Pero ningún haitiano que entierra a un familiar duda en decapitarlo,
envenenarlo o incluso balearlo para evitar la zombificación que como
se ve, nada tiene de divertida.
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