martes, 4 de octubre de 2016

MADRE MARIA

Con ese nombre trascendió para los que aún le piden un milagro. 
 Doña María Salomé Loredo y Otaola de Subiza
 Nacida en España en 1854, se radicó en la Argentina a los 
14 años de edad. 

Quien conozca por la razón que sea el Cementerio de la
Chacarita no dejará de sorprenderse por lo vigente que sigue
el culto a la Madre María. Gran cantidad de placas, pedidos,
agradecimientos, fotos, prendas y flores rodean su tumba.


Leer su biografía en números o en fechas no nos aproxima 
al hecho de pensar lo que significó esta mujer en la vida de 
quienes la conocieron, porque pudiendo vivir una vida
de lujo y de ostentación ella decide dejarlo todo para
consagrarse a la vocación de servicio.

Todo empezó una mañana en Salto, cuando María decide
ir a ver al gran sanador de ese tiempo Pancho "Francisco"
Sierra, el médico del agua. Así lo conocían porque a la
 porque tras intercambiar unas palabras (siempre atinadas
y esclarecedoras) con la gente que lo iba a ver, los 
convidaba generosamente con agua de su pozo.
Un hombre simple, que también se apartó de las
riquezas materiales para elegir el camino espiritual.

Volviendo a la Madre María, tras deambular por varios
médicos que no acertaban con el diagnóstico decide
visitar a Pancho Sierra, él percibe que el problema de
salud estaba en su útero y era grave.  

¿ Cómo habrá sido ese encuentro entre estos dos grandes ?


Es lindo imaginarlo, pero la joven María Salomé en ese
entonces rompió con los prejuicios de su tiempo y de su 
clase para hacer ese viaje con muchas esperanzas.

Don Pancho en ese entonces le dijo estas palabras
- No tendrás hijos de tu carne, pero si del corazón y
tu misión es clara - Años pasaron hasta que María en su
casa de Temperley perturbara la siesta con los que allí
llegaron de todo el País. Nadie en Temperley olvida el 
tumulto de gente esperando o durmiendo, llegando
en el tranvía o a pie para pedirle un milagro.

En 1928 despues de una vida de entrega, cansada
tal vez de lidiar con la policía o con quienes la denunciaban
muere dejando un halo de luz en este mundo.

Nunca recibió dinero a cambio de su generosidad,
pero si el reconocimiento de sus contemporáneos
y de los que hoy la recuerdan. 

Hay una película muy linda protagonizada por otra 
grande Tita Merello, que habla de su historia. 

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