La presión arterial es el resultado del funcionamiento del
corazón, con cada latido la sangre es enviada a hacer su recorrido.
Si el latido es débil la persona sufrirá de hipotensión, es decir su
presión será inferior a 120/80, aunque hay variaciones de acuerdo
a la edad, estado de salud, tipo de alimentación, hábitos, etc.
Hay personas que tienden a tener baja presión por causas que
la medicina convencional desconoce, los síntomas son variados y
van desde debilidad, mareos, visión borrosa, lipotimias hasta
desmayos o temblores en el cuerpo. Se puede vivir así durante
periódos largos pero la calidad de vida es deficiente, la persona
se siente débil, temerosa, siente palpitaciones y vértigo.
Hay un exceso de preocupaciones
y una angustia que deriva en la falsa creencia de no ser
lo suficientemente capaz de resolver los problemas.
La persona que padece de hipotensión se siente derrotada
antes de empezar a resolver el conflicto, lo piensa demasiado
es muy mental pero no es resolutiva, se abruma y desiste
de hacer cualquier cosa que lo alivie de la preocupación.
Hay una expresión y una postura típica del hipotenso,
los músculos del cuello están muy tensos, la cabeza
tiende a bajar o a inclinarse y la respiración es dificultosa.
La expresión es la de una persona en extremo angustiada,
la mente se hiperactiva con mensajes de desánimo,
el corazón recibe la señal y su latido es débil.
En casos crónicos la circulación se afecta tanto que los
órganos no reciben el aporte de sangre y oxígeno
necesarias y con el tiempo se desarrolla alguna
enfermedad relacionada.
En casos extremos el corazón colapsa.
ALGUNAS RECOMENDACIONES
- No sobredimensionar el problema
- Aprender a comunicarse y delegar algunas
cargas en exceso pesadas.
- Perder el temor a pedir ayuda
- Recordar otros momentos de la vida en los que
si pudimos resolver grandes problemas
- Fortalecer la autoestima, el autocontrol y la
autodisciplina y valorar nuestros recursos para
enfrentar distintas situaciones que nos presenta
la vida.
En algún momento hay que liberar las penas y dejar
de pre ocuparse para empezar a ocuparse activamente.
No postergar, no acumular porque postergar hace que
los problemas o las situaciones por resolver se acumulen
produciendo en las emociones una saturación.
Una técnica muy fácil consiste en tomar una hoja
en blanco y escribir 3 propósitos
Solo 3 cada día, que sean posibles pero que esto
se convierta en una saludable rutina para
poder desmenuzar este patrón de conducta de
la hipotensión que siempre es la autoderrota.
corazón, con cada latido la sangre es enviada a hacer su recorrido.
Si el latido es débil la persona sufrirá de hipotensión, es decir su
presión será inferior a 120/80, aunque hay variaciones de acuerdo
a la edad, estado de salud, tipo de alimentación, hábitos, etc.
Hay personas que tienden a tener baja presión por causas que
la medicina convencional desconoce, los síntomas son variados y
van desde debilidad, mareos, visión borrosa, lipotimias hasta
desmayos o temblores en el cuerpo. Se puede vivir así durante
periódos largos pero la calidad de vida es deficiente, la persona
se siente débil, temerosa, siente palpitaciones y vértigo.
Hay un exceso de preocupaciones
y una angustia que deriva en la falsa creencia de no ser
lo suficientemente capaz de resolver los problemas.
La persona que padece de hipotensión se siente derrotada
antes de empezar a resolver el conflicto, lo piensa demasiado
es muy mental pero no es resolutiva, se abruma y desiste
de hacer cualquier cosa que lo alivie de la preocupación.
Hay una expresión y una postura típica del hipotenso,
los músculos del cuello están muy tensos, la cabeza
tiende a bajar o a inclinarse y la respiración es dificultosa.
La expresión es la de una persona en extremo angustiada,
la mente se hiperactiva con mensajes de desánimo,
el corazón recibe la señal y su latido es débil.
En casos crónicos la circulación se afecta tanto que los
órganos no reciben el aporte de sangre y oxígeno
necesarias y con el tiempo se desarrolla alguna
enfermedad relacionada.
En casos extremos el corazón colapsa.
ALGUNAS RECOMENDACIONES
- No sobredimensionar el problema
- Aprender a comunicarse y delegar algunas
cargas en exceso pesadas.
- Perder el temor a pedir ayuda
- Recordar otros momentos de la vida en los que
si pudimos resolver grandes problemas
- Fortalecer la autoestima, el autocontrol y la
autodisciplina y valorar nuestros recursos para
enfrentar distintas situaciones que nos presenta
la vida.
En algún momento hay que liberar las penas y dejar
de pre ocuparse para empezar a ocuparse activamente.
No postergar, no acumular porque postergar hace que
los problemas o las situaciones por resolver se acumulen
produciendo en las emociones una saturación.
Una técnica muy fácil consiste en tomar una hoja
en blanco y escribir 3 propósitos
Solo 3 cada día, que sean posibles pero que esto
se convierta en una saludable rutina para
poder desmenuzar este patrón de conducta de
la hipotensión que siempre es la autoderrota.
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