martes, 11 de julio de 2017

Tu abundancia es mi abundancia

Si el dinero circula por las calles y va pasando de mano en mano,
 la energía humana que por excelencia está plasmada en cada
 billete circula como el agua y toma distintas formas.

Será por eso que uno de los elementos que no pueden
faltar en un comercio es una fuente de agua.
Esto simboliza a lo que fluye y no se estanca
a lo que siempre tiene que estar en movimiento.


Esa circulación permanente va a traerme beneficios.
Quien abre un comercio iluminará una calle, tendrá
limpia una vereda, regalará al aire una energía
de anhelo y de progreso.

Traerá belleza o hará posible que personas
se conozcan y que tal vez hagan un buen vínculo.

Albergará tal vez a otras vidas vegetales o animales,
llenará un plato de alimentos, 


sostendrá una
serie de servicios y se expandirá hacia
otros comercios o trabajadores independientes.

Si el comercio funciona el beneficio se expande
a la familia, a los amigos a los vecinos y a los
clientes. Uno elige caminar veredas comerciales
aunque no compre nada, simplemente por
distraerse a veces de sus problemas.

Bueno es aquel que se alegra por un hecho
simple de ver a gente trabajando.
Bueno es aquel que se alegra por la
prosperidad de otro que no conoce.



No importa si es ostentoso, humilde, fijo u ocasional.
La cosa es que cada uno crea un pequeño sistema
de circulación de energías humanas.

Y de la suerte de esos comercios dependerá
en mayor o en menor medida la suerte de una
o varias familias.

Hay que tener en cuenta este aspecto de
vivir en las ciudades. 

Jamás, (aunque se trate de alguien que
te genere antipatía) te alegres de ver una
persiana baja.


Detrás de una persiana baja quedan historias
truncas, inquietud, suciedad y malestar
para una o mas familias.

No lo olvides



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