La historia de San Valentín es bastante incierta, pero ha perdurado a través del tiempo como el Santo que desafiando al emperador romano Claudio II, casaba a las parejas en secreto. Se conocen bajo el nombre de Valentino a 3 mártires durante el siglo III. Uno en Terni, otro en Interamma y otro en Africa.
Uno de ellos posiblemente haya sido un médico romano, devenido en Sacerdote, la historia lo ubica en la Roma de Claudio II, como a un líder religioso que gozaba de gran popularidad, famoso por sus milagros y curaciones.
Era especialmente sensible en cuestiones de amor, sobre todo porque el emperador había
prohibido los matrimonios, alegando que en estado de guerra, estar casado era un factor
en contra ya que debilitaba moral y físicamente a los soldados.
Además los varones comprometidos se cuidaban más para volver a casa, en cambio los solteros
eran más arriesgados, volcando toda su devoción al Imperio.
De manera que pese a la prohibición, muchas parejas que deseaban un compromiso
acudían en secreto a Valentino, éste siguiendo los ritos cristianos los casaba.
Esta historia llega a oídos del Emperador, quien ordena a Valentino a comparecer frente a él, tras exponer sus razones y negarse a renunciar a su fe, es encarcelado. Durante su cautiverio conoce a un militar Asterius cuya hija Julia era ciega de nacimiento. Asterius denostando la fé de Valentino lo desafía a curar a su hija y el milagro se produce. Julia recupera la vista. Dicen que ella le llevaba la comida y pasaba tiempo con Valentino y que entre ellos surge una gran amistad, esta queda plasmada en algunas cartas en la que él termina cariñosamente con
Tu Valentino.
De ahí se repetiría la costumbre de expresar amor, gratitud o pedir perdón a través de cartas y tarjetas. De la historia del Obispo de Terni hoy perdura una Basílica y una tumba en la que descansaría el cuerpo de San Valentín, ejecutado un 14 de febrero del 272 d C.
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