lunes, 22 de febrero de 2016

Al amparo de San Ramón

Años después supe algo de su tristeza. Mi amiga había enviudado y
sus hijos eran todavía demasiado chicos como para entender ese gran
misterio de la muerte, que los había tomado a todos por sorpresa.

- Nadie esperaba este desenlace, pero no fue lo peor, lo peor
vino después, porque con él cayeron todas las máscaras- me dijo.
- Es como esa película del tipo que encuentra unas gafas negras,
They live, de repente te dás cuenta que todos, absolutamente
todos sacan una tajada de tu dolor.
 Entonces el mundo jamás será el mismo que conociste- 


- Y por mucho que lo intentes, tu mirada siempre es otra.


La cosa es que vivir en el mismo barrio le resultaba insoportable,
cada calle, cada esquina estaba impregnada de recuerdos. 
Quiso huir de la tristeza y buscó una nueva casa en donde vivir.

Como en muchas historias, la mayor parte de las decisiones las
había tomado él. La casa, el auto, el colegio de los chicos ¡ y
tantas otras cosas !  que ella ni siquiera sabía.

Me contó que no podía dormir y que empezó a caminar calles
hasta ahora desconocidas. Un mediodía de calor entró en una 
Iglesia y para su sorpresa no había ninguna otra persona, 
entonces lo vió

Era San Ramón Nonato


Resulta que este Santo había nacido en el 1200 cerca de Cataluña
gracias a una decisión también desesperada. Su madre agonizaba 
y un vizconde que andaba de cacería, sacó una suerte de daga 
y tomó una decisión muy difícil, pero rasgó las carnes 

¡Había que salvar al bebé que todavía vivía !


Así nace el que después conoceríamos como SAN RAMON
Nonato, porque se considera no nacido (en ese tiempo no 
existían los partos por cesárea) La cosa es que este hombre
muy comprometido con la fe, fue en extremo piadoso con los
perseguidos de ese tiempo, en especial las mujeres viudas y
los huérfanos. Pudiendo escapar de la persecusión de los moros
elige ser cautivo para aliviar el dolor de otros que sufrían
condiciones de vida infrahumanas. Tanto sus plegarias como
sus palabras de consuelo enfurecen a los carceleros de tal
manera que es obligado a llevar un candado en su boca.


Su profundo amor por la Virgen María lo lleva por este
camino tan sinuoso, pero él siente la convicción de
estar haciendo lo correcto. Se le atribuyen también curaciones 
milagrosas y era tan querido que hasta se pagó un rescate para
liberarlo, pero él le cede su libertad a otro hombre más
desafortunado que él. Y así, sin querer gana la inmortalidad.

Mi amiga me contó que saber la vida de este hombre en 
ese tiempo fue para ella un verdadero consuelo, porque
San Ramón se convirtió con el paso de los años en el
Santo Patrono de las viudas, los huérfanos y las parturientas.

- Así supe que tenía que quedarme cerca de ese lugar,
aunque sea durante un tiempo lo hice y sentí su amparo-
me dijo, mientras me mostraba fotos viejas.

San Ramón tiene su día cada 31 de agosto.




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