martes, 2 de agosto de 2016

La obsesión de RENE

René Descartes fue un brillante filósofo, matemático, hombre de
ciencia y autor del famoso cogito ergo sum, Pienso, luego existo.

El hombre en su búsqueda de controlar toda emoción reduce
al alma a una sustancia que puede o no tener vinculación con
el cuerpo a través de la glándula pineal. Porque según sus
investigaciones la glándula es el único órgano que no se replica
bilateralmente en el cuerpo humano. 

Descartes nació en Francia en 1596  gozó de prestigio
y reconocimiento, entre sus contemporáneos, siendo tutor de la 
reina Cristina de Suecia, sus obras han trascendido y siguen 
siendo objeto de estudio de filósofos, médicos, psicólogos
y de todo aquel que se haya preguntado acerca de la
dualidad CUERPO ALMA.


 Dicen algunos textos que el hombre se quedaba meditando
durante muchas horas despues de despertar y accedió a una
serie de conocimientos que no fueron tan difundidos como
su teoría cartesiana.

Es que tratándose de naturalezas humanas nada es tan
lógico, absoluto ni incuestionable.

Parece ser que René Descartes tuvo una hija de una 
unión con una mujer a su servicio de la que poco o nada
se sabe, pero su nombre era FRANCINE. Públicamente el
la llamaba su sobrina y sentía por ella un profundo amor.

Un amor que lo llevó a la locura cuando ella muere a la
temprana edad de 5 años víctima de una fiebre escarlatina.


Esta pérdida lo sume en una profunda depresión, pero es
el motor de un afán de investigar la manera de reproducirla.

Obsesionado por la medicina, la fisiología y las terminaciones 
nerviosas obtiene de mataderos cabezas y órganos de animales 
y se dedica a estudiar febrilmente su anatomía. A tal fin realiza 
vivisecciones en animales vivos, perros clavados a una tabla a los 
que les extrae parte del corazón. Sus aullidos (según él) no eran
de dolor sino de fallas de funcionamiento en su mecanismo.
Para Descartes los animales eran puros elementales
de la naturaleza.

Elabora complejos planos, toma proporciones y se
dispone a crear una muñeca que pueda adoptar según sus
investigaciones acciones humanas. La idea de crear autómatas
no nació con Descartes y se encuentra en la base de
todas las mitologías, creencias y religiones del mundo.


La idea disparatada o intrínsecamente humana era la de
recrear a su hija FRANCINE, aunque sea bajo la forma de un
autómata. Ella tenía la forma de una muñeca que viajaba
junto al filósofo (la mayor parte de su vida el hombre viajó)
en una pequeña maleta de madera.

Se cuenta que en uno de esos viajes el capitán del barco
urgido por la curiosidad abre la maleta y que su reacción
frente a una muñeca parlante fue de horror.
Y que este capítulo se cierra con la muerte del capitán
y la desaparición de la muñeca. Poco tiempo despues
el filósofo muere a causa de una neumonía. 

Mito o no, el hombre no fue ni tan racional ni tan
ajeno a su alma herida y tampoco pudo soportar
la dolorosa muerte de un ser tan querido. 

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