lunes, 7 de agosto de 2017

NIEBLA ASESINA

Durante una jornada de frío intenso en diciembre de 1952 muchos hogares agotaron 
su carbón en estufas y quemadores en casas y fábricas. El resultado fue un acúmulo 
de smog (mezcla de smoke humo y fog niebla) que en las calles literalmente 
cobró miles de vidas.



«Estas nieblas espesas, casi sólidas, que se comen a los autobuses precedidos 
por un hombre de a pie con un hachón de resina en la mano; que apagan 
el sonido; que obligan a los "cines" a anunciar al público que "la visibilidad de 
la pantalla no pasa de la cuarta fila"; que suspende, como ocurrió 
el 8 de diciembre último una representación de La Traviata por laringitis 
súbita del tenor y de las dos sopranos y porque los coros no alcanzaban a 
divisar la batuta del maestro; que entra también en las casas y en los pulmones; 
que ensucia los muebles y ennegrece las ropas y la saliva, que se pega a los vidrios, 
a las cortinas y a los cuadros, es el azote de los cardíacos, de los asmáticos 
y de los que tienen los bronquios en la miseria y mueren. Mueren sin asistencia, 
en ocasiones, porque el médico no puede llegar a tiempo a través de "la manta" 
que reduce el horizonte a dos yardas». 

Con estas palabras un corresponsal describió al fenómeno de la Niebla 
asesina que terminó con la vida de unos 12.000 personas y con la hospitalización 
de al menos 150.000, fue considerado el peor desastre causado por un agente 
contaminante disperso en el aire que se mantiene denso y a una altura que envuelve
a los transeúntes en una trampa mortal de la que no pueden escapar. 

Ya a fines del siglo XIX a la niebla se le atribuían distintas densidades y colores 
que iban de un gris hasta un marrón, anaranjado o amarillo según sus 
componentes (hoy se sabe, nitrógeno, azufre, ácido sulfúrico, dióxido de carbono, 
etc.) aunque sigue siendo un misterio la razón por la cual el aire lejos de disiparse 
y ascender, desciende como un asesino con mayor virulencia durante ciertas 
épocas del año. Pero como sea estos y otros sucesos dieron origen a la 
Ley del Aire limpio de 1956 en la que se restringió el uso de carbón para 
uso doméstico.

Pero no siempre fue así.......

En otro tiempo la Niebla londinense fue considerada como un salutífero, es decir algo que mejoraría la salud o que incluso sería un eficaz remedio contra males como la pobreza.


Fue así que en tiempos previos a la monstruosa industrialización que caracterizó 
a Londres, hubo también "Vendedores de Humo" que atrapaban en sus frascos 
la atmósfera de barrios más ricos y lo vendían a familias pobres con la idea de 
propagar esos aires de prosperidad y abundancia a los sectores más marginados.





De esta manera se creía que si se respiraban los mismos aires que los de una familia 
adinerada la buena fortuna entraría y se extendería a quienes los inhalaran.....

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