La Luna Menguante nos llama a la introspección, a la prudencia y
al corte definitivo de situaciones conflictivas. Nos indica el
final de un ciclo que debe terminar para que otro se inicie.
Nos invita a la búsqueda de una reconciliación interior.
Tiempo de madurar las experiencias vividas para tomar
lo mejor de ellas y utilizar la sabiduría necesaria para
corregir el rumbo, perdonar, dejar atrás lo que nos ata.
Tiempo para reflexionar sobre lo que ya no necesitamos
o sobre aquello que necesita ser reparado.
Tiempo de pagar las deudas, de revisar contratos,
de ponerse al día y encarar proyectos con
responsabilidad.
Tiempo propicio para corte definitivo, desamarres
desbloqueos energéticos, limpieza,
desencantamientos o romper hechizos.
También es un tiempo ideal para iniciar tratamientos
que requieren de disciplina y constancia, de eliminar
tóxicos del cuerpo y de la mente y dejar conductas adictivas.
Las adicciones pueden estar relacionadas con sustancias
o con personas tóxicas que afectan nuestra vida.
Tiempo de fertilizar y sembrar la tierra de recopilar
los frutos y de eliminar esfuerzos innecesarios.
Hay que utilizar los recursos con sabiduría
y valorar con serenidad lo que ya hemos logrado.
Tiempo de sana transición de un final necesario
a un inicio renovado.
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