miércoles, 18 de abril de 2018

El tránsito

No es fácil abordar este tema, porque nos se trata de fórmulas,
 ni de ecuaciones, sino de experiencias humanas, muchas
veces repetidas tanto por pacientes como por familiares, 
enfermeros, médicos y terapeutas que acompañan.

 Todos ellos de distintas geografías, niveles socio
culturales, religiones, razas, sexos y edades.

 Pero como sabemos tanto la vida como la muerte nos
iguala en destino, sufrimiento o en el mejor de
los casos nos ayuda a expandir un poco
el conocimiento de ese "más allá".


Durante ese tránsito, sea por trauma o enfermedad,
la persona hace contacto con alguien que ya ha muerto
y generalmente lo cuenta con naturalidad.

Alguien del otro lado lo viene a guiar en ese viaje
por decirlo de alguna manera.

Se han dado casos insólitos en los que el paciente
hace contacto con personas cuya muerte desconoce,
pero ese contacto siempre es amable y la persona
lo relata como si se tratara de una experiencia real.

A veces aparece la noción de viaje
entonces la persona puede decir que mamá
o papá u otro familiar vino a decirles que
se van a alguna parte.

No es una alucinación, tampoco es una mentira,
es un estado diferente de conciencia, 
porque en estos casos
al igual que el canal del parto, la conciencia
se expande. Es importante escuchar este relato.


Hay una diferencia entre esta experiencia
y la ECM o la experiencias cercanas a la muerte.

En esta última en general se visita el túnel,
oscuro pero luminoso al final, en una sensación
de inmensa gratitud a sabiendas que al final otras
voces o caras familiares nos esperan.

Pero este viaje queda interrumpido por alguna
voz que dice, todavía no es tu hora, o aún tienes
cosas por hacer o por el intenso deseo de regresar.

En este tránsito, por el contrario una voz te
puede confirmar que ya es hora de irse.

Entonces la persona sabe que comienza una
cuenta regresiva y necesita arreglar sus asuntos
pendientes, tanto en el plano material como en
el plano afectivo.

Puede ser que pida ayuda y los familiares se
resistan por el inmenso dolor que acarrea
aceptar que él o ella se va, o le insistan con la idea
 de que va a mejorar o que se trata de un sueño
y esto puede ser un error que confunde
y angustia en extremo a quien transita.

Y son limitaciones humanas, por tanto no debe
haber juicios de valor.

Pero según dicen los expertos, hay que estar
atentos a estos pedidos, porque puede ser
que la persona pierda la conciencia y no pueda
volver a verbalizar sus necesidades y se aisle.
en el silencio.


Pero ella o él necesitan de ese pequeño y fugaz
instante de libertad y de permiso para poder
emprender ese viaje.

De manera que hay que tratar de hacer ese
enorme esfuerzo de aceptar el tránsito y
acompañar sin confundir a quien lo está
viviendo.

Este estado puede tomar horas, días o tal
vez meses. 

Pero como dicen "hay que aprender a soltar"

Acompañar con respeto y en el mayor silencio
para que esos últimos pedidos sean escuchados.

  

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