lunes, 5 de marzo de 2018

Pulmonía = Desazón

Podemos dejar de hacer o suspender casi cualquier acción
o movimiento, pero lo cierto es que no podemos dejar
de respirar por demasiado tiempo.

Visto así huelga decir que respiración es vida,
si el aire que ingresa es insuficiente la persona 
indefectiblemente se enferma con mayor o menor
gravedad, dependiendo de factores como la edad,
la vulnerabilidad, la época del año ( las pulmonías
suelen ser otoñales o invernales ) o el estado anímico.

Y este último factor es la clave.


La neumonía pone de manifiesto que mis deseos de
vivir están reñidos con mis emociones. Vivir en esta
circunstancia (la que sea) es difícil, doloroso,
se siente una profunda DESAZON.

No hay consuelo, las lágrimas en vez de fluir han
quedado atrapadas en mucosidad que se acumula
en el aparato respiratorio.



Siento un profundo miedo hacia la vida pero
también hacia la muerte propia o de las personas
que amo. He quedado atrapado en una situación
"sin aire", me asfixio.

Las limitaciones de la vida me resultan
muy difíciles de aceptar, prefiero aislarme.

Mi energía vital no fluye en proyectos de futuro,
sino que se ancla en recuerdos del pasado
y me sumerjo en un estado de tristeza.

No hay intercambio de "aire", cuando hay
neumonía no puedo expresar lo que vengo
callando hace ya un tiempo en soledad.




Conocer el significado emocional de una enfermedad
no se riñe con ningún tratamiento médico, todo
lo contrario. Muchas veces ayuda a la persona que
lo padece y a la familia a comprender el sentido.

Pautas posibles

Confío en mi fuerza
confío en mis afectos
Me dejo fluir con la vida
aprendo a comunicar mis miedos
y a controlarlos.

Aspiro a un estado mejor
confío en mi valor personal
y en la Divinidad.


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