martes, 4 de abril de 2017

PENSAMIENTO MAGICO

¿ Cómo definirlo ? como inherente a la condición humana, 
arcaico, vital, imprescindible, adaptable, necesario
para vivir la ilusión de controlar el destino o la salud
o los fenómenos naturales o el amor.

Cuando cruzamos los dedos y pedimos ayuda a un
Santo, estamos usando el pensamiento mágico.
Cuando creemos ver en una mancha la imagen
de una deidad o cuando decidimos no pasar bajo
una escalera, estamos haciendo presente un
miedo ancestral.


Cuando la experiencia vívida de un sueño o de una
pesadilla condiciona una decisión importante
también utilizamos este potencial.

¿ Cómo hubiese sobrevivido esta especie a tanta
incertidumbre, predadores, enfermedades, 
dolores, desastres naturales, etc. ?

El pensamiento mágico no tiene lógica pero
necesita de símbolos sagrados, oraciones, amuletos
humos, cristales, mantras o rituales.

Es tan benéfico como peligroso por eso siempre
hay que recurrir a él sin caer en fanatismos ni
en permitir que controle todas nuestras acciones.


El pensamiento mágico es la materia prima de la 
que se alimenta la fe, la devoción, las ilusiones,
los sueños y el talento creativo.

Pero como todo necesita de un sentido, una
noción de equilibrio, una ética y ser utilizado
con buenos fines.

Cuando maldecimos, cuando encendemos una
vela, cuando hacemos un ritual de abundancia
o de uniones o destrabes estamos utilizando
ese potencial tan desestimado por la ciencia
tan valioso para la parapsicología y sobre
todo para no sucumbir a la incertidumbre
de la vida. 

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