martes, 24 de febrero de 2015

SUPERAR EL DUELO


Enfrentarnos a una pérdida puede ser una de las experiencias más dolorosas,
en un primer momento usamos un mecanismo de Negación, no podemos
creer que eso nos haya pasado justo a nosotros, en una segunda fase nos cae
la ficha y trataremos de Negociar con esta realidad creyendo que si hacemos
tal o cual cosa evitaremos perder y tal vez recurramos a nuestras creencias, 
en una tercera fase sobrevendrá inevitablemente el fracaso de la negociación 
y la Depresión teñirá ese vacío que dejó perder.
Ella se transformará en Ira, contra la vida, el destino, contra Dios y
por último no quedará otro camino posible que la Aceptación. 
Ningún duelo es fácil, pero hay duelos y duelos, no es lo mismo perder
la salud que el trabajo, el marido o la esposa que el auto, el status social
que un familiar cercano. Todos involucran a pérdidas de diferentes tipos
divorcios, mudanzas, muertes, salud, dinero y todos nos afectarán de 
acuerdo a la valoración que hagamos de ellos de maneras diferentes. 
Hay formas verdaderamente personales de experimentar un duelo.


Si el estado de ira y tristeza se cronifican lo conveniente es pedir ayuda.
Uno no puede permanecer anclado al dolor o a la ira sin enfermar.
Superar el tabú de hacer una terapia de cualquier índole es una vía
posible, otra sería hacer alguna actividad reparatoria o iniciar algo
diferente a lo que hacemos habitualmente, algo postergado.
Cada quien encontrará su forma de superar este estado.

Alejandro Jodorowsky propone un truco que involucra tanto a personas
vivas como a personas que han partido y es muy efectivo.

1- Pasar por un vivero y comprar una planta resistente, tierra y una maceta
2- Ubicarnos en un lugar de la casa en la que tengamos la intimidad que
necesitamos para desplegar los elementos.
3- Ellos serán una vela encendida, unas hojas en blanco, un sahumador o
elemento de metal, inscienso y la planta.
4- Una vez ubicados dirigiremos la carta hacia la persona que queremos
despedir, viviendo la emoción como si estuviéramos frente a él o ella.
5- La carta es libre caben reproches, insultos, preguntas, reclamos, pero
es importante darle un final de agradecimiento, la firmamos.
6- Rompemos la carta y la colocamos junto al inscienso o resina y
al prenderla fuego vemos como el humo asciende, llevándose cada
palabra y todo ese dolor acumulado.
7- Una vez que se enfríen las cenizas, las colocaremos al fondo de
la maceta nueva, con la tierra nueva y la planta nueva.
8- Podemos ponerle un nombre simbólico y simplemente la
cuidaremos, siendo conscientes que de todo ese dolor algo
vivo, algo nuevo y mejor pudo surgir. 


Lo repetiremos las veces que sea necesario


Del mismo dolor, vendrá un Nuevo Amanecer
Gustavo Cerati



CONSULTAS en 
CIUDAD de BUENOS AIRES


 o Vía Skype o Hangout 
 a canaj82@gmail.com

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