Con las siglas de E.C.M. se conoce a las ya difundidas Experiencias Cercanas a la Muerte,
es alentador saber que cada día más profesionales de la Salud, médicos y psicólogos
se dediquen a estudiarlos en profundidad, incluso narrando sus propias
experiencias en detalle.
Un brillante médico Argentino el Dr. Ramón Carrillo, Precursor del Sanitarismo que
luego se difundirá al mundo, en su sensata sencillez, solía repetir una copla anónima
es alentador saber que cada día más profesionales de la Salud, médicos y psicólogos
se dediquen a estudiarlos en profundidad, incluso narrando sus propias
experiencias en detalle.
Un brillante médico Argentino el Dr. Ramón Carrillo, Precursor del Sanitarismo que
luego se difundirá al mundo, en su sensata sencillez, solía repetir una copla anónima
Qué cosas tiene la vida,
que nadie la quiere perder,
qué cosas tiene la muerte
que nadie quiere volver
Las E.C.M. nos hablan de pasar un Umbral, el que separa esta experiencia de vida
física de otra que aún no conocemos, pero a la que inevitablemente llegaremos,
de manera que me parece muy tranquilizador saber que hoy muchas personas relatan
las mismas experiencias y en todas ellas hay elementos en común.
Las E.C.M. son experiencias bellísimas, quienes las hemos experimentados sabemos
que tiene que haber razones muy contundentes para volver y que tenemos
esa opción, que no estamos solos en ese tránsito entre vidas, alguien que a veces no
vemos nos acompaña y nos guía, por un camino que parece oscuro, algunos lo definen
como túnel, pasadizo, puente, etc. A otros se le entremezclan escenas de su vida
en unos minutos con una gran celeridad.
La sensación no es de miedo, es de una INMENSA GRATITUD, despues de
haber experimentado un gran stress a causa de una enfermedad, el primer momento
es de plena libertad, estamos ahí flotando, sin temor, lo que viene es feliz.
No tenemos conciencia corpórea, hay una conciencia de Ser que no es material.
Al final de ese túnel hay una intensa Luz, puede estar ahí un Ser que consideremos
sagrado como Jesús, Buda, María, San Jorge o incluso un filósofo o seres queridos.
En ese tránsito se tiene conciencia del NO SER, no habitar un cuerpo que en
general está atravesando por una grave enfermedad, hay un desprendimiento
y con él un alivio inmediato de la fiebre, del dolor, miedo o cualquier sufrimiento.
Esa Luz nos atrae, nos convoca posiblemente tras ella se escuchen voces y tal
vez apuremos el vuelo porque son voces familiares que están anticipando nuestra
llegada. No sé como será seguirla, pero sé que si no es el momento de partir
alguien lo dirá en palabras o incluso aparecerán rostros de personas que nos
necesitan por ahora o simplemente volveremos en reversa.
Este es al menos el tránsito que yo puedo contar, he leído muchos otros muy
similares. Sé que se producen por causas naturales y que puede haber una
especie de paro cardiorespiratorio que lleve a una R.C.P. y la persona vuelve.
Textos como el del Dr. Francisco Martinez Soriano, el Dr. Gaona y otros tantos
le dan a estos relatos el contexto académico que merecen y bien por ellos.
Habrá mucha gente que no lo cuenta por temor o por verguenza o tal vez lo
haya olvidado, pero creo que una experiencia así rara vez se olvida.
No se puede reproducir, esto es importante aclararlo.
Hay numerosos testimonios de gente que ha intentado suicidarse y que ha contado
experiencias muy diferentes a ésta.
Vale que circule esta información para quien haga buen uso
de ella, para quien haya perdido a alguien muy querido y se
haya preguntado muchas veces, dónde estará.
Ese final de túnel debe ser la entrada hacia los Cielos,
y en él reina un AMOR INFINITO.
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