Hace unos cuantos años una maestra de primaria llamada Jane Elliot, hizo un
experimento con sus alumnos, en Iowa, EE UU en 1968 , sobre la discriminación,
a la vista de sus padres y sin que los alumnos supieran que eran observados.
Esto fue posterior a la muerte de Martin Luther King, en un comienzo
ella les preguntó que opinaban sobre los chicos negros o indígenas que no podían
asistir a clases con ellos y las respuestas fueron variadas, pero la mayoría
contestó cosas como "se lo merecen", "es correcto"
"no pueden estar con nosotros son muy diferentes ".
Luego de este intercambio, dividió al aula en dos grupos de acuerdo a su
color de ojos. A los alumnos de ojos azules les aseguró que eran muy
superiores al resto de sus compañeros y por ende más inteligentes, por
lo tanto gozarían de algunos privilegios como mayor tiempo de recreo,
una mayor ración de comida extra, etc.
En cambio a los chicos de ojos marrones les aseguró que eran mucho más
lentos, algo torpes y por ende tendrían más dificultades que el otro grupo.
Reforzando la diferencia entre unos y otros a los chicos de ojos marrones les
hizo colocarse un pañuelo al cuello para identificarlos más fácilmente.
Esta división por supuesto generó mucha rivalidad y peleas, entonces
al día siguiente invirtió los roles. Los niños de ojos azules eran los lentos y
los de ojos marrones los avanzados.
Los alumnos de ojos marrones hicieron su tarea con mejores resultados que
antes, esmero y mayor rapidez.
Al final del experimento la maestra les preguntó a sus alumnos si les parecía
justo pensar que por el color de ojos eran mejores o peores y les hizo hacer
una reflexión sobre como actúan las personas en su país.
Este experimento se aplicó a otros ámbitos y fue bastante conocido, trata
sobre ponerse en la piel del otro, sobre lo manipulables que podemos
ser cuando un adulto con autoridad nos pone una etiqueta y
da una tenue luz sobre la esperanza de cambiar algunas creencias.
Sería extraordinario aplicarlo en muchas escuelas que parecen
hacer oídos sordos a todas las situaciones de bullying
o acoso escolar que en casos extremos lleva a los chicos hacia dos
caminos posibles, depresión o conductas suicidas o agresividad y
venganza. Tales situaciones serían evitables si por un momento
todos podríamos sentir que tenemos un ojo marrón y otro azul.
Tal vez, en esta etapa de la vida se puedan modificar algunas
conductas, tal vez. Genia Jane Elliot !
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