Puede suceder que un hecho que nos genera incertidumbre, ansiedad o stress
nos lleve a la peluquería, en la ilusión de modificar externamente lo que sucede
internamente. Entonces nos teñimos, cambiamos de peinado, nos hacemos un
corte sino un lacio o rulos, según lo que se pretenda al menos parecer.
Esta costumbre puede variar con la edad, pero es más común durante la
adolescencia y al aproximarnos a la cuarta década. Son crisis vitales que se
hacen visibles y aunque parezca tonto, esto tiene su razón de ser.
En nuestro pelo reside toda nuestra información genética
Si en un futuro lejano alguien encuentra un pelo nuestro, sabrá mucho sobre nuestra
forma de vivir, nuestra alimentación, salud y hasta sobre nuestras emociones, cabellos
de guerreros han preservado cantidades de cortisol, una sustancia que se libera
solamente ante situaciones de stress y amenaza o miedo.
Por lo tanto, nada tiene de malo hacer un cambio externo, al contrario pero nunca hay que
quedarse sólo en lo visible, lo ideal es siempre buscar la verdadera causa del malestar.
¿Qué se pretende con una tintura? Simular el paso del tiempo, parecerse
a alguien a quien le atribuímos cualidades que creemos no tener o diferenciarnos
de alguien. También puede ser una incursión en algo nuevo, tomar el riesgo.
¿A qué se asocia el largo del cabello? Posiblemente las personas
con cabello largo sean más estables en sus emociones y más adaptadas a vivir
ciertas situaciones. Algo temerosas al cambio, más dóciles e introvertidas.
El cabello corto por el contrario denotará cierta virilización y un carácter muy
desafiante con un nivel de energía alto, también puede aparecer en mujeres recién
separadas que asumen de alguna manera también el rol masculino.
En general suelen ser bastante extrovertidas y dinámicas.
Un largo medio será un indicador de cierta armonía entre la pasividad y la timidez
del cabello largo y la impulsividad y coraje del cabello corto.
Un lacio natural indica cierta distancia con el plano emocional, más criterio analítico
y racionalidad, prevalece el pensamiento antes que la emoción.
Por el contrario un cabello ondulado nos dará indicios de personas más
emocionales y apasionadas, que se dejan llevar por el deseo y que tienden
a usar su pensamiento creativo, anteponiéndolo a lo racional.
Hay otros factores como el color y el peinado, los colores oscuros se asocian a la
sensualidad y a la pasión, mientras que los claros al predominio de lo racional y
material. En cuanto a los peinados, habrá diferencias según la ocasión, pero
sólo me refiero a lo que se hace habitualmente.
Peinados en donde haya compresión, estiramiento, trenzados hablan de una
actitud de restricción emocional, la persona atrapa su dolor o sus ideas, no se
permite fluir o decir qué es lo que tiene que sujetar con tanta fuerza.
Por el contrario un cabello libre, arrojará indicios de una personalidad más
sincera, más natural sin grandes bloqueos emocionales.
Raparse puede significar muchas cosas, pero todas ellas relacionadas a un
antes y un después, un punto de no retorno. Sacar de raíz algo en la vida que
produce dolor o ira, un intento por renacer, empezar de cero.