Carl G. JUNG, definió algunas etapas vinculadas a la evolución de nuestra Vida emocional, formas diferentes de Ser en el Mundo.
La primera es la Etapa del ATLETA, ésta tiene que ver no con el deporte sino con cierta visión superficial de las cosas, vivimos pendientes de la imagen, nos importa en demasía nuestra apariencia física y no está mal que esto suceda,
de hecho que en la adolescencia se producen tantos cambios corporales que
la visita al espejo es una constante necesaria para reafirmar una identidad
que se transforma día a día.
Se podría decir entonces que esta es una etapa adolescente, que nos
mantendrá en la superficie.
Si permanecemos en ella no podremos profundizar otras cuestiones mas ligadas a la trascendencia.
Si seguimos transitando viviremos otra fase, la Etapa del GUERRERO, acá el Ego será el gran protagonista. Sentiremos el apremio de lograr
cosas que nos permitan ser sólidos en el plano material.
Necesitamos conquistar, obtener, reforzar nuestra seguridad, aunque esto signifique competir y pelear por lo que en este momento resulte
de vital importancia.
No está mal que esto suceda, ya que hay que templar el Espíritu y la agresividad resulta ser una fuerza necesaria, cuando el medio es hostil o los objetivos son muy difíciles de alcanzar.
Esta etapa en dosis se repetirá a lo largo de nuestras vidas cuando un nuevo desafío o amenaza se presente.
Transitar esta etapa es necesario, pero permanecer en ella, tampoco será lo mejor, ya que desde la guerra no puedo construir nada.
El stress pasará factura en el cuerpo y en el Alma y todos los que nos rodean serán experimentados como rivales a vencer.
En un gran salto evolutivo estaremos transitando otra etapa llamada
la Etapa del ESTADISTA,
Esta tiene otra connotación menos egocéntrica y más altruista.
Tanto nuestro aspecto como nuestros logros se perciben de otra manera, las cosas que antes nos desvelaban ahora nos resultan banales y profundizamos en nuestra Interioridad.
Nos sentimos empáticos, somos mas solidarios y receptivos respecto de los demás y sus circunstancias. Adquirimos sabiduría y experiencia útil que aplicamos a cada decisión que tomamos.
Escuchamos y preguntamos a los demás cómo están y nos sentimos liberados de la carga de ganar o parecer, somos más auténticos y sinceros.
Esta es una de las etapas mas amigables con la Vida propia y ajena, ya que la Gratitud parece ser un estado permanente que nos mueve a mejorar y a superar nuestros errores.
Hay otra etapa a la que muy pocas personas acceden. La Etapa del ESPIRITU, es casi un estado de Contemplación que además de la empatía y el altruísmo conecta con otras formas de Vida, otros planos de Existencia mucho mas elevados, sin las limitaciones de espacio ni tiempo que conocemos.
Estas personas suelen pasar por la Vida sigilosamente, rara vez se hacen notar, no buscan fama, ni prestigio, ni ventajas materiales porque en si mismos poseen una gran riqueza.
El aporte de sus palabras, de sus experiencias, suelen modificar profundamente la Vida emocional de otras personas, hay que aprender a escucharlos, porque seguramente habrán transitado todas las etapas y habrán aprendido
una valiosa lección de cada una de ellas.
Son Grandes Maestros o Sanadores en su mayor grado de evolución humana.
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