Del otro lado de la puerta
un hombre
deja caer su corrupción.
En vano
elevará esta noche una plegaria
a su curioso dios, que es tres, dos, uno,
y se dirá que es inmortal.
Ahora
oye la profecía de su muerte
y sabe que es un animal sentado.
Eres, hermano, ese hombre.
Agradezcamos
los vermes y el olvido.
Jorge Luis Borges
Poeta Argentino (1899-1986)
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