jueves, 4 de enero de 2018

Cactus y espinas

Cuando decimos la palabra Cactus, casi de inmediato viene a 
nuestra mente la imagen de una planta robusta, áspera,
de forma simple y llena de espinas.

En sus distintas formas el Cactus ha tenido que
desarrollar esa inteligencia para sobrevivir a
un medio hostil, a la tensión de resistir
altas temperaturas y defenderse de
sus eventuales predadores.


Algunas variedades no sólo han desarrollado 
espinas sino también una suerte 
de vellosidad, flores o frutos.


Tal vez, sus formas no son de las mas armónicas
pero nada de su anatomía es por azar, sino
por inteligencia. De hecho las espinas son hojas
modificadas cuya misión es la de atrapar la mayor
cantidad de humedad presente en el aire
y en el rocío.

Hay quienes consideran a las plantas con
espinas como mensajeras de mala suerte o de 
adversidades, otras en cambio valoran como
yo ese extraordinario esfuerzo que hacen las
cactáceas para adaptarse, vivir y reproducirse.

Hay quienes las colocan en la entrada de la
casa en señal de sutil advertencia.

Conozco personas que los cultivan y al igual que
la planta suelen ser solitarias, fuertes, generosas
y también han sorteado muchas dificultades 
para llegar vivos a la adultez.

Luther Burbank (1849-1926) fue un horticultor
que supo entender esta inteligencia de las plantas.


El hombre dedicó su vida a ellas y a mejorar
distintas especies de flores, semillas, hortalizas
y cultivos. Su obra al igual que su amor por la 
vida lo trascendió y hoy podemos encontrar
una fundación y literatura, aunque él fue más
empírico que científico.

La anécdota es que el al igual que M. Emoto 
con las moléculas de agua, Luther hizo una 
práctica continua de amor y cuidado sobre los cactus.

Con frecuencia les hablaba sobre el miedo,
los calmaba, les aseguraba que se encontraban
a salvo y fuera de peligro y los proveía de sus
necesidades de agua y luz en forma continua.

También de palabras amables y de música.


Y fue así que muchos de ellos fueron liberándose
de sus espinas, porque supieron que ya no
eran necesarias.



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