Nueve letras y mil definiciones para nombrar a esta apuesta
hacia alguien, algo o hacia uno mismo. Nueve letras que hacen
una enorme diferencia entre amar, perdonar, expresarse o elegir.
Confianza, esta es la llave que abre o cierra innumerables puertas.
Si se tiene confianza se tiene todo, al menos ese pilar o
andamiaje en el que puede edificarse una amistad, un amor,
una relación o un futuro promisorio.
Si se tiene confianza crear lazos es posible y disfrutarlos
también. Es una de las virtudes que conocen los caballos.
Ellos conocen el andar y la mano de la rienda firme, ni
tensa ni floja, conocen la voz serena y el movimiento justo.
Y responden al llamado de la amistad, esa amistad tan
preciosa entre nosotros y ellos.
Un caballo no va a seguirte si percibe tu miedo, tampoco
si estás dudando, porque entenderá esto como hostilidad.
Quien teme puede ser agresivo algunas veces para
compensar su falta, especialmente si lo miran.
En cambio quien confía hará lo necesario para que pueda
seguir circulando este hermoso vínculo.
¿ Qué ves cuando ves a los ojos de un caballo ?
Te ves a vos mismo, ves tu imagen reflejada y especular.
Ellos lo saben y como ningún otro animal hablan con
toda su corporeidad, por eso no cualquiera monta.
Claro que alguno dirá que es cuestión de disciplina o de
brutalidad, pero para mi a los caballos se los puede
"amansar" como dicen en el campo, de palabra.
Y es en el lenguaje de las palabras en donde fluirá
como las aguas de una fuente el timbre de la confianza.
Si él o ella lo sienten te llevarán a conocer el mundo
desde su grupa, sino puede ser que tengas que ir a pie.
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