La Lavanda es un arbusto que puede alcanzar hasta un metro de altura,
en general se utilizan con fines medicinales a sus flores de color
característico mas o menos violáceo.
Su exquisito aroma también ha hecho de esta planta un producto
escencial para la industria de perfumes y aceites escenciales.
Son conocidas sus propiedades tónicas, digestivas, sedantes
y promueven un estado de bienestar disminuyendo los
estados de ansiedad y depresión.
FORMAS DE USO:
INFUSION: Se colocan unos 10 gr. de hojas y flores y un litro
de agua caliente, se deja reposar y se toman de 2 a 4 tazas
por día.
TINTURA: Se necesitan 200 cc. de alcohol de 70° y 50 gr.
de flores y hojas de lavanda, se deja macerar unos 15
días en botella de vidrio preferentemente en un un lugar
oscuro y fresco. Pasado ese tiempo se filtra y se puede
tomar unas 15 gotas en un vaso de agua. Con agua
caliente actúa también como desintoxicante
y expectorante en cuadros de resfríos y gripe.
ENJUAGUE: Macerando 10 gr. de hojas y flores en
agua caliente se obtiene un excelente enjuague
que calma los dolores de muelas y alivia las llagas.
CATAPLASMA: Con toda la planta, hojas y flores
hervidas, se deja enfriar y se preparan cataplasmas
colocándolos en articulaciones doloridas.
ACEITE: Se necesita 200 gr. de flores secas y 500 cc.
de aceite de oliva. Macerarlo durante 15 días en lugar
fresco y oscuro, filtrarlo y guardarlo en envase de vidrio.
Con este aceite se hacen friegas que alivian dolores
de artritis y reuma.
REPELENTE: Colocando pequeños atados en roperos
y placares se logra ahuyentar a las polillas.
LOCION: Mezclar en partes iguales aceite de
lavanda y alcohol de 90° para hacer fricciones
sobre el cuero cabelludo. Ayuda a eliminar
la caspa y previene el contagio de piojos.