bergantines, los hombres de Francisco de Orellana estaban
vaciando de enemigos, a ráfagas de arcabuz y de ballesta, las
blancas canoas venidas de la costa.
Pero peló los dientes la bruja. Aparecieron las mujeres guerreras,
tan bellas y feroces que eran un escándalo, y entonces las canoas
cubrieron el río y los navíos salieron disparados, río arriba, como
puerco espines asustados, erizados de flechas de proa a popa y hasta
en el palo mayor.
Las capitanas pelearon riendo. Se pusieron al frente de los
hombres, hembras de mucho garbo y trapío, y ya no hubo miedo
en la aldea de Conlapayara. Pelearon riendo y danzando y
cantando, las tetas vibrantes al aire, hasta que los españoles se
perdieron más allá de la boca del río Tapajós, exhaustos de tanto
esfuerzo y asombro.
Habían oído hablar de estas mujeres y ahora creen. Ellas viven al sur,
en señoríos sin hombres, donde ahogan a los hijos que nacen varones.
Cuando el cuerpo pide, dan guerra a las tribus de la costa
y les arrancan prisioneros. Los devuelven a la mañana siguiente.
Al cabo de una noche de amor, el que ha llegado muchacho
regresa viejo.
Orellana y sus soldados continuarán recorriendo el río más caudaloso
del mundo y saldrán a la mar sin piloto, ni brújula, ni carta de
navegación. Viajan en los dos bergantines que ellos han construido
o inventado a golpes de hacha, en plena selva, haciendo clavos
y bisagras con las herraduras de los caballos muertos y soplando
el carbón con borceguíes
convertidos en fuelles. Se dejan ir al garete por el río de las
Amazonas, costeando selva, sin energías para el remo, y van
musitando oraciones:
ruegan a Dios que sean machos, por muchos que sean,
los próximos enemigos.
MUJERES
Eduardo Germán María Hughes GALEANO
Hacer muchos años escuché este cuento en un casete,narrado por el propio Galeano..hoy sin saber por que la palabra Conlapayara despertó
ResponderEliminaren mi cabeza y de ahí mi búsqueda en Internet..es un relato hermoso,gracias por mantenerlo vivo