También se los conoce como Vampiros Emocionales o Psíquicos, por el efecto
devastador que tiene su paso en nuestro ánimo, permanecer a su lado
puede costarnos un quiebre en la salud emocional o clínica y en algunos
casos hasta la vida misma.
En general se trata de gente adulta, hombres o mujeres.
No se muestran socialmente como tales, todo lo contrario pueden ser amables
seductores, de buen trato, tienen un encanto personal especial para atrapar a
sus víctimas,
es difícil resistirse a su hechizo, al menos en el inicio de una relación.
Se llaman vampiros porque precisamente se alimentan de nuestras energías y
emociones a tal punto que la persona que está con ellos empieza a desganarse,
se deprime, detiene sus proyectos, y se desconecta de todo aquello que antes la
hacía
feliz.
Ya que se trata de relaciones tóxicas, los vampiros energéticos son
muy posesivos y demandantes, críticos implacables, es difícil que un vampiro
emocional elogie o valore virtudes en alguna persona o situación en particular.
Saben manejar el poder de la palabra y logran sembrar intrigas o mentir
para que su víctima se aísle o rompa relaciones con amigos y familiares.
Así logrará que nadie lo cuestione y tendrá el control emocional absoluto.
Pueden boicotear amistades valiosas, planes, empleos y oportunidades.
Después ofrecerán generosamente el hombro para llorar, esta conducta
responde a su historial de fracasos, carreras inconclusas,
proyectos que no
resultaron, etc.
pero no hay autocrítica, si victimización ya
que estos fallos
lo atribuyen a la envidia o a los demás, son
"genios incomprendidos".
Pesimistas, de mala predisposición, inestables en el humor ya que socialmente
se pueden volver a mostrar con sus mejores cualidades pero en la intimidad
vuelven a su estado original. Sólo quien conoce al vampiro sabe de esta
dualidad. M
anipuladores, extorsivos y sofocantes. Grandes conocedores de
nuestras debilidades saben manipularlas para victimizarse o lograr
nuestra atención, compasión o admiración.
Siempre buscan un beneficio ya sea económico, sexual, emocional o todos,
suelen apartarnos de nuestros deseos y afectos con astucia.
Nos hacen sentir muy mal ya que desmerecen cualquier cualidad y todo lo que
hagamos siempre es poco. Reconoceremos a un vampiro por su franco
rechazo a expresiones de bondad, sinceridad, optimismo y alegría.
Usan frases como ....y cuánto te va a durar ? ...no vale la pena....
..Tanto esfuerzo por tan poco ? en otros casos serán más crueles
humillando o ridiculizando a su víctima porque conocen dónde duele más.
Pero no todo es malo, porque al igual que todo maltratador, despues
hay períodos de seducción cuando la relación llegó al límite.
Solemos darnos cuenta un tiempo despues, cuando nuestra vitalidad disminuyó
o cuando se manifiesta claramente un trastorno de ansiedad o depresión.
A estar alertas, nadie, tiene derecho a parasitarnos, ni siquiera si se trata de
lazos familiares o de extorsiones por enfermedad o economía.
Al distinguirlos tendremos la opción de elegir si los aceptamos tal cual son
ya que
muchas veces no se trata de algo intencional, ellos también sufren
pero lejos de buscar una alternativa saludable proyectan su sombra en otro.
Hay que tener en cuenta algo muy importante, porque hasta ahora la descripción
los hace culpables de todos los males. Pero.....¿ porqué los elegimos ?
¿ Qué nos lleva a tolerar el maltrato emocional ?
Esta es la pregunta que cada uno responderá con honestidad, todos mostramos
indicios de lo que somos desde el primer encuentro. Entonces habrá dos
opciones, vivir en la ilusión de "cambiarlos" o aceptar que ellos también
son un espejo de lo que nos pasa, sólo que ellos dicen lo que nosotros callamos.
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