De Defendámonos de los Dioses

 Desde mi libro "Defendámonos de los Dioses" :" Hemos llegado a la conclusión de que un místico en éxtasis (en cualquier religión) con el sufrimiento y la felicidad reflejados simultáneamente en su rostro, es el momento culminante de la relación de una entidad suprahumana con un mortal. El "Dios" atormenta al ser humano que se le ha entregado y éste le ofrece gustoso su dolor, mientras, a cambio, el "Dios" le proporciona una especie de orgasmo psíquico para que pueda seguir produciendo las vibraciones que tanto le agradan al "Dios". Aunque muchas personas de mentes conservadoras y profundamente religiosas esto pueda sonarle a pura hipótesis, o incluso a blasfemia, deberían reflexionar sobre un hecho admitido y hasta sacralizado que confirma por completo lo que decimos. Me refiero a las enfermedades que normalmente sufren casi todos los místicos del cristianismo y especialmente del catolicismo.

Y no hay que andar buscando causas naturales para esas enfermedades,

puesto que sus biógrafos y sus auto biografías nos dicen claramente y sin

rodeos que "el Señor era el que los hacía sufrir para su perfeccionamiento

y para la salvación de otras almas".

Es clásica la frase que Cristo transmitió a Santa Teresa: "yo trato mal

a mis amigos"., y esta otra también repetida entre los místicos:

"te hago sufrir porque te amo" refiriéndose precisamente a estas

enfermedades, sufrimientos y noches del alma a las que

prácticamente todos los místicos se ven sometidos.

Se ofrecieron como mansas ovejas y la entidad sobrehumana,

disfrazada de algún personaje celestial, parasita en ellos de una

manera inmisericorde, por supuesto muy bien disimulada y

sublimada con explicaciones de la "teología ascética"

.....sus verdaderos propósitos los espíritus superiores en este

caso disfrazados de divinidades, chupan la energía que el

contactado les da voluntariamente con su sufrimiento.

Ese es el origen de las enfermedades que los místicos con

tanta frecuencia padecen. Y esa es la causa de la

muerte temprana de muchos de ellos.

Sencillamente son las víctimas escogidas entre

muchas otras.

De Los Contactados de Salvador Freixedo