Siempre me causaron un profundo malestar, porque con
ellos o ellas un hecho simple como el diálogo es imposible.
Se trata de gente temerosa, supersticiosa, de pensamiento
rígido que trata de compensar la inseguridad y el miedo
a través de cierto ideario político, sectorial o religioso.
De manera tal que ellos se ubican siempre en el
lado "correcto" del asunto y los demás somos
(me incluyo) herejes, pecadores, satánicos
y otras malas yerbas.
En este mundo (siempre beligerante) no hay
grises, estamos los oscuros "nosotros" y los
claros "ellos", negro y blanco son los colores
que tiñen el limitado cielo de un fanático.
Claro está, que en otros tiempos y aún en estos
los fanáticos van por el mundo sembrando
dolor, muerte, enfermedad y desdichas.
Es harto peligroso que un fanático tenga poder
de decidir sobre las vidas y las suertes de otros.
Basta repasar un poco la historia nada feliz
de la humanidad, atormentada por estos
verdaderos sociópatas.
El fanatismo cursa muchas veces con un alto
grado de ignorancia, cabe recordar que en
un tiempo el masivo exterminio de gatos,
dejó a las ratas libres de su predador
natural, hecho que ocasionó entre
otras cosas la propagación de la peste.
Muchos de los voceros de "Dios" vieron en estas
criaturas a sus propios demonios proyectados.
Y así será hasta que aprendamos o
podamos evolucionar como especie.
¡ Guarda con ellos !!!!
Es mejor siempre optar por un Cielo en el
que se desplieguen todos los colores posibles.
Y saber que Dios tiene formas misteriosas de
manifestarse. Nadie debería atribuirse
ser su vocero y menos repitiendo
(sin profundidad alguna)
textos sagrados. )
Que siempre han sido y seguirán siendo
manipulados según quienes lo tomen
como verdaderas armas.
Ninguna palabra divina debería
tener esta connotación.
Pero el fanático religioso siempre tiene a
flor de labio alguna palabra condenatoria,
pocas veces alguna de consuelo, en un
mundo que verdaderamente lo necesita.
En fin, sea cual sea el credo (que siempre
es respetable) hay que tratar de no llegar
a estos extremos que no hacen más
que joder la sopa.
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