También conocido como Lobisón o Luisón, es la versión hispanoamericana del
Hombre-Lobo. Según esta leyenda, la transformación se operaría en el séptimo hijo varón.
Existen, como no podía ser de otra manera, diferentes interpretaciones del mito.
A veces, es una mezcla de perro y de cerdo, cuya metamorfosis se lleva a cabo los días
viernes y que se dirige a los estiercoleros y gallineros para comer excrementos, si bien
rehúsa devorar niños no bautizados. Recobra su fisonomía humana
si alguien desconocido lo hiere.
En otras ocasiones, se habla de que los viernes a la medianoche, la persona lobizón, huye
en busca de un animal que está echado, lo hace levantarse y se revuelca en su calor, lo que
genera la transformación. Así toma su forma hasta el alba.
Es feroz, su mirada refulge, no lo lastiman las armas de fuego y sólo puede ser herido con armas blancas. Al ver su sangre correr, recupera el aspecto gumano, pero, desde el momento se convierte
en enemigo de quien ha descubierto su secreto, al que perseguirá hasta la muerte, incluso en
caso de que sea su hermano o padre.
Una tercera versión menciona que la persona lobizon es sonámbulo, se levanta dormida, sale
en busca de un animal cualquiera y, al encontrarlo, da siete vueltas a su alrededor hasta quedar convertida en bestia. Una vez operada la metamorfosis, sale al monte al amanecer en busca de víctimas.
Inventario de Criaturas Fantásticas
Basiliscos, Aluxes, Mulánimas, Elfos y Otros Seres Fabulosos.
Rosa Gómez Aquino
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