miércoles, 12 de diciembre de 2018

Mar de fueguitos

"Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir
 al alto cielo.

A la vuelta contó.
Dijo que había contemplado desde arriba, la vida humana.



Y dijo que somos un mar de fueguitos.

-El mundo es eso -reveló- un montón de gente, un mar de fueguitos.

Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.

No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de 

todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y 

gente de fuego loco que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, 

no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tanta pasión que no se 

puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende". 

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