miércoles, 7 de junio de 2017

Addictus

Gran parte de la economía romana se sustentaba en su política 
esclavista, había esclavos fruto de la derrota y de las tierras 
conquistadas, de tal suerte que pequeñas ciudades o
pueblos arrasados por el ejército romano proveían al
estado de estos "botines de guerra".

Claro que todos tendrían precios y destinos distintos,
con suerte o por tener alguna habilidad o destreza los
más afortunados servirían a su amo en tareas domésticas,
otros serían destinados a pelear sus guerras o a trabajar
en las magníficas construcciones que hasta hoy persisten.
A cultivar, a trabajar la tierra o a construir caminos
o a ser prostituídos, todo era posible en este
infortunio de perder la libertad.


Pero había otro tipo de esclavitud en el que las personas
acumulaban deudas impagables - por la razón que sea-
entonces ellos mismos pasaban a ser mercancía de los
amos. A estos esclavos se los llamaba addictus
esta es la raíz de la palabra ADICTO.

La pérdida de la libertad era literal y la persona dejaba
de ser tal porque perdía todo sus derechos, su suerte
así quedaba a merced de la humanidad de su amo.

¿ No pasa algo similar en las adicciones ?


La vida pega un vuelco, la persona no puede decidir
ni pensar su vida sin esa sustancia, sea cual fuere
pueden ser las legales como el alcohol y el cigarrillo
u otras penadas por la ley como las drogas duras.


En este caso también la libertad se pierde pero la 
tiranía tiene otras caras, la vida se sostiene en
conseguir "eso" que se apodera de la mente o
del cuerpo como un déspota a cambio de dinero
de correr riesgos o de prostituirse.

A veces no se trata de sustancias a veces se trata
de vínculos, de relaciones tóxicas en las que la
persona poco o nada puede decidir, pero tampoco
consigue reunir el valor para romper este yugo.

Una mujer entre sollozos contó su historia de viejas
golpizas recibidas a lo largo de años de matrimonio.
Estas habían sido tan salvajes que en una
oportunidad tuvieron que reconstruir su cara a 
causa de las fracturas.

El hombre no solo la sometía físicamente sino
sexualmente, forzándola también a trabajar
bajo distintas amenazas. En dos oportunidades
la había empujado por las escaleras, pero
cada vez que algún vecino o autoridad intervenía
ella se limitaba a negar los hechos.

¿ No es una adicción ?

Con dos hijos fruto de esta unión y años de trabajo
ella se había ganado un status, propiedad y negocio
estaban a su nombre, la ley la amparaba, pero
ella no podía dejarlo, aunque en ello se fuera
su vida su salud sus emociones y su libertad.

Habrá muchas teorías para explicar, habrá una
historia de repeticiones de violencia en cada familia,
pero la adicción al maltrato sigue siendo mucho
más frecuente de lo que se cree. 

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