sábado, 18 de abril de 2020

MUERTE y CENOTAFIO, poder decir Adiós.

Volviendo al tema de la muerte que siempre fue una certeza y 
nunca una posibilidad, quiero decir que siempre sentí por
ella un enorme respeto.

No tanto así por los ritos, ellos me abrumaban en un tiempo
en que los chicos eran llevados a velatorios y sepulturas.


Estuve reñida con esa práctica pero ahora estoy haciendo
como muchos de Uds. seguramente una revisión de todo.

Y los Ritos son importantes.
Las tumbas son importantes.
Los velatorios o los rituales funerarios
son importantes. 

Nos ayudan a digerir la sal de las lágrimas
a darle a esa persona que se fue cierta belleza
algunas pertenencias, un beso de despedida,
un ULTIMO ADIOS, un Gracias por haber estado en mi Vida !

¿ Qué nos pasa ahora frente a la amenaza del Covid ?

Una experiencia nunca antes vivida por la humanidad,
una incertidumbre absoluta y sin límites.
Un dolor inimaginable de saber que quienes se fueron
se han ido solos, asustados, que no hemos podido
despedirlos, que no tenemos sus restos.

Muchos de los familiares de los muertos de wuhan

han recibido tiempo después un puñado de cenizas
con pertenencias de otras personas. Esta gente
ha sufrido de una manera impensable y fue obligada
a callar y a llorar en silencio a sus muertos.


Muchas personas que trabajan en salud han cargado
además con el infinito sufrimiento de haber contagiado
a sus familias. O han optado por vivir separada de ellos.
La muerte para ellos es el descarnado final de muchas
vidas y también sufren al igual que sus pacientes
en silencio y con terror de contagiarse.

Otros murieron en sus casas. Otros en asilos.

Hay situaciones ¡Dios Mío ! que son impensables y
que serán el relato de obras que con suerte leeremos.


Volviendo a los Rituales y a su importancia.
En esta Pandemia, por razones obvias no podemos
practicar ningún rito, no podemos despedirnos, ni 
abrazarnos, ni dar un beso de despedida y eso
es infinitamente doloroso.

En este sentido quiero contar una historia que viene
a colación de esta otra que estamos viviendo.
En 1982, nuestros novios, amigos, hermanos, hijos,
fueron enviados a una guerra absurda.

Al igual que hoy no hay cura, los soldados en su mayoría
tenían 18 años, poca o nada de entrenamiento militar,
miedo, frío, ropas inadecuadas y armas viejas. 

También todo fue sorpresivo, la gente hizo cadenas
solidarias, se juntaron fondos, la prensa manipuló
de tal manera que acá se festejaba, sólo ellos
supieron lo que los tocó vivir, los que pudieron volver.

Fueron a una guerra que estaba destinada a perderse.

LA GUERRA DE MALVINAS, Argentina Vs Inglaterra.


Nuestros chicos (Babys) leían confundidos las noticias que 
llegaban a la isla, Vamos ganando !!!! nos decían, les decían

Hay tantas similitudes entre estos chicos y el personal que va
al hospital sin equipo adecuado, cansado, mal dormido y en fin.

Sabrán que perdimos la guerra, pero que igualamos en suicidios.

Lo que quería contar es que las familias no pudieron tener los
restos de sus hijos, no pudieron despedirse, no pudieron
ritualizar la muerte. Pasaron varias décadas hasta que
finalmente fueron a sus tumbas.

Acá en Pilar se construyó un CENOTAFIO para honrarlos.


Las almas de esos chicos ya están lejos del frío, del hambre,
del miedo y del dolor de morir en esa guerra absurda, 
sus familiares pudieron ir a "visitar" sus tumbas llevándoles
alguna carta, alguna flor, algún rosario, algún adiós. 

38 años que parecen tan lejanos en el tiempo
y sin embargo, cómo duele !

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