miércoles, 20 de mayo de 2015

DOMINGO y los SUICIDIOS I

Habrá muchas teorías y todas serán descriptivas en cierto aspecto
pero el séptimo día sigue siendo un devorador de vidas.

El domingo es a la semana lo que el 31 de diciembre es al año.

Un momento esperado y temido, un cierre de ciclo, algo que
termina y algo que empieza con un poco de ocio para pensar. 

El Domingo o el día consagrado al Sol es el último día de una 
secuencia de seis días, que anuncia la víspera de un Lunes.
7° DIA. El día en el que el Señor descansó. 

La rutina de la semana a veces es agobiante, pero la mente y
el cuerpo están en acción. Se mueven otros neurotransmisores
Y cinco días transcurren con distintos matices, pero la semana
tiene su ritual y los rituales siempre tranquilizan. 

El lunes hago esto, el miércoles aquello, el jueves tengo
que ir a tal lado, hay una referencia durante la semana.

Algunos rituales son necesarios para tener cierta referencia.
De hecho en un trastorno como el T.O.C. Trastorno Obsesivo
Compulsivo, la persona intenta por medio de estos rituales o
repeticiones, minimizar su miedo exagerado a que sucedan
desgracias o catástrofes, el T.O.C. sería un extremo de la
conducta ritualística que ve en la repetición cierto alivio.
Lo cual jamás se consigue y la persona que padece 
T.O.C. va complejizando sus rituales quedando
atrapado entre ellos, cae en su propia trampa.
Y el miedo no cede. 


Mientras el viernes se avecina, el sábado puede ser o no
un día laborable, pero anticipa al menos una salida o
distracción o un encuentro. 

¿Pero el domingo? , el domingo es incierto.
 ¿ Hay algo más inquietante que la incertidumbre?

 Roberto Arlt define en Aguasfuertes Porteñas
al sombrío SABADO INGLES. ...un día de descanso que
en muchas casas desencadenaba discusiones, borracheras

Los sábados no eran igual para todos, algunos tendrían
recursos para distraerse, pero otros no. El describe al 
HOMBRE TRISTE de los sábados, ese que no tenía un mango
que estaba aburrido o cansado y que veía la desnudez de
una Ciudad decadente, con sus persianas bajas y su 
soledad. Roberto Arlt no renegaba del merecido descanso
pero si de la situación de pobreza que se veía con crudeza
durante ese SABADO INGLES el DIA DE DESCANSO.



El hombre caminaba despacio. Triste. Aburrido

Yo vi en él el producto de veinte años de garita con 
catorce horas de trabajo y un sueldo de hambre, 
veinte años de privaciones, de sacrificios estúpidos
 y del  sagrado terror de que lo echen a la calle. 
.Y en el centro, la tarde del sábado es horrible, cuando el comercio 
se muestra en su desnudez espantosa. Las cortinas metálicas tienen 
rigideces agresivas, las tiendas apestan a goma, las ferreterías
 a pintura.  El cielo parece, de tan azul, que está iluminando 
una factoría perdida en el África.

No, sin vuelta de hoja; no hay día más triste que el sábado inglés 
ni que el empleado que en un sábado de éstos está buscando aún, a las
 doce de la noche, en una empresa que tiene siete millones de capital,
 ¡un error de dos centavos en el balance de fin de mes!

La Tristeza del sábado inglés, Roberto Arlt


Será que durante los Domingos se adquiere una especie de 
LUCIDEZ ESPANTOSA, que nos hace ver en perspectiva
¿ el inicio de una semana que no tiene muchas motivaciones ?


Esta es una posibilidad, de hecho muchos psicólogos están
trasladando la tristeza del domingo al agobio del LUNES.
El LUNES inicia tal vez un ciclo de repeticiones que 
se hacen por inercia, pero un día nos detenemos a pensar

 ¡ Justo un domingo ! 

Tal vez ahí se haga una pausa o un silencio interno
para pensar ¿ Así quiero empezar otra semana ?


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